Este procedimiento es útil para prevenir que una vez en la naturaleza las semillas se conserven protegidas de los depredadores naturales o de las inclemencias de un tiempo seco hasta cuando se den las condiciones propias de la germinación,
Lo aprendí leyendo a Masanobu Fukuoka*, que las dio a conocer con el nombre de Nendo dango y se trata de encapsular cada pepita en barro, que puede ser una combinación de arcilla y tierra, o simplemente tierra. Para ilustrar el proceso usé sólo tierra, las semillas de un Dividi (CAESALPINIA SPINOSA) y conté con la colaboración de Marina. Gracias.
Se extrae la semilla, una vez la vaina que
las contiene esté seca o si son de frutos
se dejan secar sobre papel.
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La tierra húmeda, para que sea maleable,
se coloca una sola semilla.
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Se hace la bolita del tamaño más pequeño posible,
garantizando que toda al semilla esté encapsulada.
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*La senda natural y La revolución de una brizna de paja.
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