Mi observación es silenciosa, sin pretensión de cambiar o guiar, porque reconozco que mi interacción es una magnífica oportunidad de conocer otras maneras de ver y lo que ellas concretan.
La experiencia de cada vivencia es básicamente experimentar y hacerlo en libertad y gozo, donde las palabras, los pensamientos y las maneras de hacer pertenecen exclusivamente a quien las vive.
Agradezco a todas las ventanas que se abren para mi, porque tras ellas descubro un maravilloso y perfecto mundo jamás imaginado.
La paz es conmigo, la paz es con todas.