Es un tramo corto, de sólo 10 kilómetros, a través del cual se puede apreciar un paisaje boscosa y otro desértico, el agua del embalse de Tominé y los paraderos hechos en Guadua para usuarios del transporte intermunicipal.
Tiene poco flujo vehicular, pero los fines de semana se intensifica por el recorrido de turistas y la práctica de ciclistas solitarios o en grupo.