Cuarenta (40) hectáreas hacen del Bosque Nativo de Hatillo el mas grande y antiguo de esa vereda de Suesca y es una gran zona verde que se destaca entre las montañas que lo rodean, las cuales han sido afectadas por quemas, pastoreos excesivos e intensivas siembras tradicionales de papa.
La conservación de este lugar es posible, dado que su propietario desde hace treinta y seis (36) años, Jorge La Rota, protege el bosque.
Ubicado a mas de tres mil metros de altura, puede recorrerse a través de senderos, diseñados para caminatas con duraciones de una, dos y tres horas, con la guía de Rosa Gutiérrrez*, quien a lo largo del camino señala los nombres comunes, características, propiedades y usos medicinales de la flora, que se descubre entre la densidad propia del ecosistema de clima frío, bosque seco montano bajo, y los rastros que muestran la presencia de animales como el Armadillo. Según Rosa también hay zorros, gatos salvajes y aves, de las que se han identificado mas de setenta especies diferentes y que hacen posible que también pueda realizarse la observación de éstas, otra de las actividades ecoturísticas que se proponen en el Bosque Nativo de Hatillo.
Entre Encenillos, Manos de Oso, Raques, Uvas camarotera, Cordoncillos, Sanalotodos, Cenizos, Tunos, Sietecueros Angelito, Garrochos, líquenes, barbas, hongos…, la presencia del bosque se impone con sus colores, diversidad y olores, que hacen de la experiencia una mayor comprensión sobre la naturaleza, en su estado autónomo y por tanto un espejo que proyecta lo que ofrece con generosidad, para aliviar las dolencias físicas y la realidad de una convivencia que se consolida en la abundancia de la vida.
*Contacto: 320 297 8014