Si abordo lo que esta a mi alrededor de manera excluyente, separado de mi, echaría a correr para evitar ser aplastada por la avalancha de cosas, conductas y situaciones que desearía cambiar para que se ajustaran exactamente al rango de mis creencias.
Reconozco mi ignorancia e incapacidad para comprender la sabiduría implícita en lo que desapruebo. Ante ello, hoy mis respuestas son la aceptación: Es, está, y la oración que une mi propuesta a ese todo construido por cada uno de nuestros pensamientos, palabras, emociones y actos.
Sólo lo que depende de mi es el ámbito de mi movimiento interno -lo que pienso, lo que siento- y/o externo -lo que digo, lo que hago-. Sólo sobre lo que puedo decidir es lo que controlo.
Siempre podemos argumentar que estamos obligadas a salvar a quienes amamos cuando se dirigen hacia situaciones de dolor y apremiantes. Sí, expresando nuestra confianza en su capacidad de conocer y actuar de acuerdo a sus propias necesidades para fortalecer su autoestima y conexión con su propio Ser. También están grandes causas que demandan nuestra atención y nuestra acción. Si, así es, podemos dejar de ser parte de ellas cuando nuestra conducta es diferente a la de quien las genera y tampoco la juzga en pensamiento o a viva voz. Nos miramos a nosotras mismas y sin emoción actuamos de acuerdo a lo que podamos hacer -una petición formal, unirnos a otros requerimientos...-, siempre sin caer en cruzadas ni levantar estandartes para apropiarnos de la verdad. Conocemos lo que en nuestro interior es lo correcto y ese es el impulso del hacer. Resolvemos y actuamos sobre lo que realmente podemos y luego soltamos, olvidamos, permanecemos en el presente.
Para ilustrar la reflexión acudo a mi propia experiencia. Si miro unos escasos metros fuera de las fronteras del predio donde vivo veo la tierra desnuda, expuesta directamente al intenso sol o a la precipitación constante de la lluvia.
¿Qué hacer al respecto? Elegimos la reforestación y como la capacidad de comprar y administrar terrenos está colmada, nuestras respuestas reales, a nuestro alcance, son sembrar árboles nativos de manera regular y constante, y dejar el predio como una reserva natural para garantizar un inventario de semillas que los pájaros puedan llevar de un lugar a otro. Las siembras se replican con el apoyo de familiares y amigos y amigos de éstos, que nos permite tener un fondo de recursos económicos para gestionar y mantener el programa Backtoeden, mediante el que quienes compartan el mismo interés encuentran la manera de hacerlo. Hemos creado la posibilidad natural y/o con la intervención humana de reforestar. Es lo que podemos controlar, es lo que podemos transformar.
Soy la única dueña de mis pensamientos, palabras, sentimientos y actos y son sólo éstos los que elijo cambiar.
La paz es conmigo, la paz es con todas.