jueves, 19 de abril de 2012

El lavaplatos


Es frecuente ver que a a pesar de tener una llave que cierra y abre correctamente, el chorro de agua sea constante mientras se lavan los platos. Se calcula que con ese hábito se consumen de 5 a 10 litros por minuto. 
También es común el uso de jabones o detergentes que hagan la limpieza en un santiamén, para lo cual están compuestos de químicos fuertes que contaminan los suelos y el agua.





Sólo con esto friego: Estropajo,. jabón blanco conocido como de coco y ceniza de madera que resulta de la chimenea. 

En mi apuesta a vivir en armonía con la naturaleza, friego los platos a mano, los lavo con agua fría y uso elementos que provengan también de ella como el estropajo y la ceniza de madera y aplico su principio fundamental de reciclaje. Todo tiene múltiples usos.



Primero limpio los restos de la comida que quedan en los platos ollas y utensilios y los echo a una olla para reutilizarlos en la comida que le hago a los perros.
Luego los coloco en un recipiente para que apare el agua con que los mojo mientras jabono, si están grasosos o manchados uso la ceniza. A medida que el contenedor se llena de agua jabonosa y oscura lo vacío en un balde.

Lo que voy lavando lo apilo boca abajo para que escrurra y se seque al ambiente. Cada vez que se requiere llevo el balde lleno al espacio exterior y busco un árbol, una planta de flores que deseo fortalecer y la riego con su contenido.
El agua que se cuela por el sifón pasa por un filtro natural de piedra, gravilla y arena y una tubería de gres que desemboca en una gran zanja que mantiene la humedad a un bosque.

Así continuo con la máxima menos por menos es mas agua limpia, abundante y nutrición para la tierra.

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