el compromiso de Esperanza López.
Servir para mejorar lo existente, es la premisa que inspira a Esperanza López, quien hace once años se trasladó de Bogotá a Suesca, y que hoy la decide a ser parte del abanico de candidatos para el Concejo Municipal. Ella considera que desde ahí le será posible presentar proyectos, "como por ejemplo, organizar el pueblo y embellecerlo para que sea más bonito y nos sintamos orgullosos de él, ya que esto genera identidad y apropiación entre la gente; difundir más su historia y proteger los bienes de interés cultural; tener más espacios para esparcimiento en familia, campañas de cultura ciudadana y que se haga mucha pedagogía y trabajo alrededor de temas como la mujer, educación ambiental, buen trato a los animales, más recursos para la cultura, el deporte y el turismo sostenible. Suesca puede llegar a ser un importante nodo turístico de Cundinamarca, tiene con qué".
De manera adicional, cree que su participación en la instancia legislativa, le permitirá "contribuir al gobierno municipal para que pueda cumplirle al pueblo con el Plan de Desarrollo Económico y Social propuesto, con transparencia y cero corrupción".
Ella vive en la zona rural, en la vereda de Guita, donde los extensos farallones que se conocen como las Rocas de Suesca, son el paisaje que la acompaña para recibir y despedir el día. Esta experiencia la recibe como un cúmulo de bendiciones. "Bendigo cómo se dio todo para venir a vivir al campo. Bendigo a todas las personas que tuvieron que ver en esa decisión. Bendigo mi casa, a mis vecinos, a las aves que diariamente vienen a visitarme y a tomar agua, los amaneceres, con mucho blanco flotando entre verdes, los atardeceres arrebolados, la luna, el sol, el viento, la noche con las estrellas fugaces, y esa energía que vibra por lo ancestral y lo indígena, que cada día me mueve más a estudiarla y a divulgarla. Ahhh, y Las Rocas, que desde mi ventana saludo cada mañana".
Su compromiso con la zona, que la fascinó desde el primer momento en que la visitó y conoció sus paisajes, lo plasmó durante tres años en el informativo mensual El Güiteño, cuyas páginas ilustraron, tanto a sus vecinos veredales como en general a la pobladores de Suesca, sobre temas propios del lugar, novedades locales, escuela de padres, buen trato, medio ambiente, protección animal, cultura, historia y patrimonio.
Considera que a lo largo de los años aprendió "a fluir con lo que tengo en frente, adaptándome y disfrutando lo que me gusta, y descartando lo que no. He hecho buenos amigos y me considero sociable, tengo facilidad para conectarme con las personas". También logró tener claro su interés por "servir a los demás, sin importar si es amigo o no, si le caigo bien o no. La vida es más fácil vivirla, cuando se es útil a algo o a alguien. No armarse líos ni comprar rollos que no me corresponden".
Aún sin tener un escaño en el Concejo Municipal, Esperanza López desempeña un rol determinante en la defensa de los derechos de los suescanos a vivir en un ambiente sano y de la protección del patrimonio cultural y arqueológico que posee Suesca, con su Iglesia doctrinaria, el cementerio y los pictogramas en las Rocas. Junto con algunos habitantes de Suesca impugnó y suspendió una licencia ambiental para minería a cielo abierto, hace parte del Grupo de Vigías de Patrimonio, que protege los bienes de interés cultural, arqueológico y natural del municipio y además representó, por elección popular, al sector de artesanos en el Consejo Municipal de Cultura.
De manera laboriosa ha recorrido las diecinueve veredas del municipio, con el fin de conocer y documentar el territorio, que en el pasado fue un asentamiento Mhuysqa, para no sólo ilustrar a los visitantes, sino especialmente crear una cultura de arraigo y protección de los recursos propios de la región.
Esperanza López valora su actual vida "es tranquila y sencilla, colmada de paz y de todos los beneficios posibles: salud física y mental, serenidad y claridad para pensar y trabajar en lo que me gusta, que es la cultura y el servicio a la comunidad. En Suesca hay muchas necesidades de todo tipo y lo que uno pueda aportar, dependiendo de cómo se plantee, puede llegar a ser útil y exitoso".
De manera laboriosa ha recorrido las diecinueve veredas del municipio, con el fin de conocer y documentar el territorio, que en el pasado fue un asentamiento Mhuysqa, para no sólo ilustrar a los visitantes, sino especialmente crear una cultura de arraigo y protección de los recursos propios de la región.
Esperanza López valora su actual vida "es tranquila y sencilla, colmada de paz y de todos los beneficios posibles: salud física y mental, serenidad y claridad para pensar y trabajar en lo que me gusta, que es la cultura y el servicio a la comunidad. En Suesca hay muchas necesidades de todo tipo y lo que uno pueda aportar, dependiendo de cómo se plantee, puede llegar a ser útil y exitoso".
Fotografías cortesía de Esperanza López.
2 comentarios:
Gloria querida, muchísimas gracias por la crónica, me gustó mucho, y también por el apoyo acostumbrado a todos mis proyectos. El cariño es recíproco.
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