El colorido invisible de los insectos:

Develado por la lente de Sandra Peña Torres.


Sólo la paciencia y el cuidado del detalle en busca de la perfección, que caracteriza a Sandra Peña Torres, hace posible que sus fotografías nos regalen el increíble color que tienen los minúsculos insectos, que apenas notamos.
Del habitat desértico de Cedar City, donde predominan los cafés y arenas, mucha piedras y apenas algunos arbustos, se pensaría que la naturaleza tiene un déficit de vida animal. Sin embargo, según Sandra, "si uno se fija en los detalles hay muchos insectos preciosos y con un ojo cuidadoso se encuentran cosas espectaculares, dentro del desierto".
Las caminatas matutinas para disfrutar del entorno, se convirtieron para esta fotógrafa, que lo habita desde hace catorce años, en el tránsito hacia el descubrimiento de lo invisible, que se vuelve perceptible con un lente macro.

"Tres tipos diferentes de chinche hediondo o chinche apestoso".

"Una mañana encontré un insecto que no pude ignorar. Lo llaman Chinche de Hedionda, porque parece que enmana un fuerte olor. Vi este animalito: con un lomo de color blanco, pintas naranjas y en el  borde del cuerpo unos círculos. Tenía muchas lineas geométricas muy bonitas. Empecé a buscar mas y día por día encontré que de esa  misma especie había unas de color azul, otras verdes con aleticas violetas, blancas, una variedad de color increíble".

"Libélula azul: un insecto miniatura. Su cuerpo es como una hebra de hilo. Podría medir 3 centímetros y su cabeza 2 milímetros. La dificultad de la toma está en el foco, por su delgadez y tamaño".

Desde ese momento y especialmente a partir de este año, Sandra Peña Torres, camina con su cámara profesional para que el lente macro le permita ver los detalles de las formas y colores, que de otra manera le estarían escondidos. 

"Escarabajo rojo de algodoncillo, Milkweed longhorn beetle".

Ella antes de emprender su excursión de caza fotográfica, espera: "tengo que fijarme en la caída de luz del día para salir, voy buscando los insectos y es emocionante verlos detrás del lente, la perfección de su geometría me sorprende. Lo que empecé como un hobby, hoy me agrada compartirlo. 

"Serie de avispas. Al principio están alertas con la cámara, después se tranquilizan y siguen su rutina, como se aprecia en la primera foto: extrae el néctar a la flor. Sus ojos son bellísimos".
"Me encuentro con muchas personas a lo largo del sendero que recorro y les muestro las imágenes captadas. Ellos también se interesan y admiran la existencia de fauna, que uno pensaría que no existe aquí, en el desierto".

"De esta serie de abejitas, la primera es común y estaba dejando el polen en la espiga. Las otras dos tienen un tamaño aproximado de 4 milímetros. Algunas tiene ojos azules o verdes".



Peña Torres atrapa en su lente  abejas, libélulas, mosquitos y otros insectos que desconoce y para hacerlo "tengo mucho cuidado y paciencia, no quiero molestarlos. Necesito mucha cautela, tratar de no perturbarlos, no alterar su medio ambiente, porque entonces emprenden vuelo. Es lo difícil, requiere de paciencia, de amor por los animales y de  gusto por fotografiarlos".