Cuido lo que digo. Se que las palabras jamás podrán volver a entrar y entonces tomo conciencia del poder creador para limitar o expandir; opto por ejercer el último.
Lo que pienso sobre una conducta o circunstancia exterior lo mantengo en silencio y lo valido con lo que siento para que esa referencia encuentre en mi la razón de su reflejo; es el espejo en el que me miro y nada mas. Está en mi ámbito personal y allí permanece como la lección que Es para mi.
Sólo miro, sólo escucho. Confío en la sabiduría que nos conduce a la experiencia que necesitamos para sacar la oscuridad y proyectar la luz.
La paz es conmigo, la paz es con todas.
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