Me gusta hacer los regalos que doy y durante este año ese propósito se enriqueció con mi búsqueda de referencias y a través de la cual hallé un mundo jamás imaginado y protagonizado por muchas mujeres que desde diferentes partes del mundo ejercitan sus manos para crear belleza.
Realizar trabajo manual significa abrir una caja de sorpresas que se van sumando y haciendo mas creativa la practica. Por ello en esta ocasión decidí empacar los regalos en las bolsas plásticas que me traen mis visitantes y las puse al revés para minimizar las marcas. También tomé los recibos de las cajas registradoras, jugué con fuego y la cera de las velas para hacer las tarjetas de los destinatarios. Usé retazos, carpetas, restos de lanas, papeles, cartones de empaques, productos de ferretería, mucho de lo que tenia almacenado y logré mi cometido de comprar menos para dar mas.
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