Me daño, me sano

Si hay algo que nos haga vivir lo que ES son las situaciones en las que estamos en peligro. Los segundos son lo suficientemente largos como para tener una dimensión completa de los que nos sucede, de lo que nos rodea.

Me caí en un parqueadero en Bogotá. Mis pies se enredaron en un tope. Traté de evitar el golpe, me enderecé, pero al tener colgado en mi hombro izquierdo un morral pesado, éste fue inevitable. Me di de frente contra el pavimento y en medio de ello vi a un conductor tras el volante inmerso en sus pensamientos, a otro bajando de su vehículo, a un celador distraído, sentí a mi rodilla derecha golpearse, a mi mano derecha tratando de afianzarse y entregar al impacto los dedos meñique y anular, y por último a mi boca, nariz chocar con la sensación de quiebre interior. Recuerdo que pensé: me fracturé.

Al estar ubicada entre dos carros el evento fue invisible a los que estaban a mi alrededor. 

Mantuve la calma, me paré, sentí escurrir lágrimas sobre mis mejillas y sangrar por la nariz, eché la cabeza hacia atrás en tanto que pedí que cesarán. Se detuvieron. 

Salí y llegué a mi destino. Entré al baño y recurrí a lo que siempre tengo a mano; mi propia orina. La recogí y me enjuagué las heridas cara con la confianza que tengo sobre ella luego de más de varios años de usarla como terapia (1) para las quemaduras, cortadas, dolores, picaduras... para curarme. 

Me miro al espejo, los raspones expusieron la carne y la sangre. Me percato de la dimensión del golpe. Supe que de alguna manera me creé la expriencia y me permito llorar por lo sucedido, por lo que desconozco por resolver. Evalúo lo daños, increíblemente no hay nada roto: la rodilla está resentida, la raspadura de la frente es leve, los dedos, la nariz y la boca fueron duramente castigados. Escupo coágulos de sangre. Vuelvo a sangrar por la nariz, me coloco un tapón de algodón y me aplico otra vez orina.

Denegué la sugerencia de ir a un centro médico. -Como estamos inmersos en una sociedad que se sostiene sobre la dependencia, ante cualquier situación contraria a lo que calificamos como fortuna, la primera y común reacción es buscar quién se apropie de las consecuencias y subvalorar nuestra propia capacidad de afrontar cualquier circunstancia por grave que sea-.
La última vez que estuve en un consultorio como paciente fui derribada por la dureza de quienes ejercen ese oficio, de su desconexión como mecanismo de defensa. Y ahí en medio de esa indiferencia me prometí a mi misma ser la única responsable de mi salud. Desde ese momento sólo recurro a la terapias alternativas y la auto curación. Por ello me mantuve firme, cerré mis oídos al exterior y escuché mi cuerpo, no hubo nada en mi que me hiciera dudar.

Tampoco acepté cambiar los planes previstos: asistir al taller de Mirabai Ceiba (2). Al ser una propuesta de apertura del corazón para la curación, estaba consciente de la ayuda que me prestaría. Y así fue. Me permitió, por la intensidad física, energética, emocional, permanecer en el Ahora y recibir el amor y luz de un círculo de sanación.

Retorné a mi hogar. Con la certeza de que la naturaleza que me alberga es mi mejor medicina.

Antes de decantar lo sucedido lo minimicé hasta que me vi haciendo un absurdo. A través de esa percepción identifiqué la creencia y reviví la emoción reprimida. Tomé conciencia, me detuve, di vuelta atrás. Acepté lo vivido, lo que vendrá. Como la animal que soy me aquieté, me aislé, me lamí las heridas, me entregué al dolor. Fui sólo mis dedos o mi boca o mi nariz o todos. Poco a poco o al mismo tiempo recurrí también a otras herramientas de sanación: la meditación guiada (3), las afirmaciones (4), la programación del agua que bebo y que me limpia (5), la música (6), los sonidos (7), la asimilación por osmosis de analgésicos (8), alinearme con el sol (9), la infusión de Romero, masticar las hojas de Arrayán, la  luz y amor de quienes conocieron la situación... mi conciencia de SER. 

A ocho días del accidente reconozco y admiro lo poderosa que soy, tanto para dañarme como para curarme. Lo primero, me sobrecoge; lo segundo, me llena de júbilo. Las dos emociones me indican hacia dónde he de pulsar la fuerza para estar en equilibrio. GRACIAS. 

¿A qué viene todo esto? A través de quienes entregan cada día su conocimiento y vivencias encontré el camino de la auto curación. Se que es real porque lo he andado y hoy lo comparto para que los que busquen otras maneras de comprender, de sanar, tengan la certeza de que es posible. Hay tantas alternativas y su efectividad está en que vibren al unísono con lo que somos en el momento.

Todo depende de lo que SOY.

Así ES.

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Hoy  Viernes    Miércoles  Lunes

                                       
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Notas:

1 - Orinoterapia Autor: Dr. Ryoichi Nakao y Sra. Kayoko Komiyama /  http://www.orinoterapia.org/

2- http://www.youtube.com/watch?v=UX4qeOX_hEc

3 - http://www.youtube.com/watch?v=pOj3bP2qOrc&feature=bf_next&list=PL7EC7D3DB44588879&lf=results_video

4 - http://hermandadblanca.org/2009/01/04/hooponopono-o-ho’oponopono-el-amor-puede-curar-una-tecnica-hawaiana-del-dr-ihaleakala-hew-len/

5- “El Agua, Espejo de la Palabras” Masaru Emoto. http://www.masaru-emoto.net/english/e_ome_home.html

6- http://www.youtube.com/watch?v=w9OCEfi4Lv0

7- http://www.quantumholoforms.com/audio/codigos%20delfinicos.mp3

8- "Sustancia de la Intención: Les desafiamos a probar algo. Agarre con su mano la sustancia sanadora en cualquier forma que ella venga y manifieste una intención meditativa de que ella vaya por todo su cuerpo. Use los atributos del segundo poder de conciencia que le acabamos de dar -con el uso del "nosotros" al habla de su biología. Usted está dando permiso a que ocurra un milagro físico. Las propiedades sanadoras de la sustancia pasarán dentro suyo¨. http://www.manantialcaduceo.com.ar/kryon/kryon.htm

9 -http://vimeo.com/13050680