Si camino en el presente, ajena a reloj y al compromiso de un listado de tareas por atender, observo con sorpresa el cambio que me rodea. Silencioso y a la vez inmenso, se deja ver en la estatura de los árboles, la florescencia y la apropiación del paisaje para exaltar la vida. Todo ello me convierte en gratitud y así comprendo que de la misma manera también Yo he cambiado.
¡Gracias!
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