viernes, 8 de julio de 2011
viernes, 24 de junio de 2011
Derecho a vivir en un ambiente sano
Tenemos derecho al goce de vivir en un ambiente sano. Así lo establece la legislación de Colombia y ese reconocimiento nos muestra que carecemos de espacios y áreas donde exista un ambiente sano, pues éste no puede ser otro que aquel en el que el amor, el respeto y la libertad se expresen en una convivencia en armonía y comunión con la naturaleza de la que somos parte.
Requerimos comprender que el equilibrio es fundamental en nuestra existencia y que sólo es posible si nuestro ritmo humano depredador se desacelera, reconoce que la capacidad de consumo no puede ser mayor que la de la fuente de donde provienen los bienes y servicios y que no es otra que la Naturaleza, el agua, el aire, el suelo, el subsuelo, los minerales, las plantas, los animales... la vida en toda su expresión.
G.U.
Imágenes RN El Paraíso
miércoles, 8 de junio de 2011
martes, 10 de mayo de 2011
sábado, 7 de mayo de 2011
De un anciano indígena:

Oriah, Soñador de la Montaña:
No me interesa saber de qué vives, quiero saber qué te conmueve
y si te atreves a soñar con encontrarte con los anhelos de tu corazón.
No me interesa saber qué edad tienes, quiero saber si te arriesgas a parecer un loco, por amor, por tus sueños, por la aventura de estar vivo.
No me interesa qué planetas están en cuadratura con tu luna.
Quiero saber si has tocado el centro de tu propia tristeza, si has sido abierto por las traiciones de la vida o te has cerrado ante los dolores venideros.
Quiero saber si puedes sentarte junto a tu pena o la mía, sin intentar ocultarla,
disimularla o acomodarla.
Quiero saber si puedes estar con alegría, la mía o la tuya. Si puedes danzar desenfrenadamente y permitir que el éxtasis te inunde hasta la punta de los dedos, de tus manos y tus pies, sin que nos adviertas de cuidarnos, de ser realistas, o de recordar las limitaciones de ser humanos.
No me interesa si la historia que me cuentas es verdad.
Quiero saber si puedes desilusionar a otro por ser veraz contigo mismo, si puedes soportar la acusación de traición sin traicionar tu propia alma. Quiero saber si puedes ser leal y por ende confiable.
Quiero saber si puedes ver la belleza aún en aquellos días en que parece ausente y si puedes ver, tu presencia Divina en la fuente de tu vida.
Quiero saber si puedes vivir con el fracaso, el tuyo o el mío y aún así pararte al borde de un lago y, con un grito de plata, decirle ¡¡ SI !! a la luna llena.
No me interesa saber dónde vives o cuánto dinero tienes. Quiero saber si puedes levantarte después de una noche de angustia y desesperación, dolido y magullado hasta los huesos, y hacer lo que has de hacer por tus hijos.
No me interesa quien eres ni cómo llegaste hasta aquí. Quiero saber si te pararás en medio del fuego conmigo sin echar un pie atrás.
No me interesa dónde o qué o con quien has estudiado.
Quiero saber qué te afirma desde adentro cuando todo se derrumba a tu alrededor.
Quiero saber si puedes estar sólo contigo mismo y si de veras disfrutas de tu propia compañía…en los momentos vacíos.
Traducido por Anahata
Fuente: http://pequeniosdanzantesdelarcoiris.blogspot.com/
lunes, 2 de mayo de 2011
Cascadas de Sueva
Caminar, mirar, recrear, comprender de lo que se es parte nos brindan aquellas actividades en las que la contemplación se une a la movilidad física, ya que se trata de visitar lugares en los que no existe acceso vehicular. Estas son las caminatas ecológicas.
En uno de ese tipo de recorrido se puede conocer aspectos de la Reserva de ADEGRAGOS, ubicada en la región del Guavio, hacia el nororiente de Bogotá, por la vía que comunica los municipios cundinamarqueses de Guasca y Junín.
miércoles, 27 de abril de 2011
La tierra se equilibra
La Tierra como ser vivo que es, al igual que nosotras, requiere sanarse. Recuperar la salud y para ello da salida a la crisis -expulsa todo aquello que la contiene, la asfixia-. Las consecuencias de los movimientos que realiza para equilibrarse, sacudirse de los pesos excesivos que le hemos cargado, nos impresionan, son crudos, son radicales.
Terremoto, Tsumani y una ola de radiación nuclear en Japón. Un invierno mas severo y grandes inundaciones en Colombia. Son muchas las personas sin hogar y son aún más los argumentos que se esgrimen para explicar lo evidente: vivimos de espaldas a la naturaleza y ahora estamos ante las consecuencias de ello.
¿Qué pasó? Hemos desnudado la tierra, con una tala de árboles sin tregua, cuando no destruido las montañas para sacar arena, piedra... Los ríos son una gran caneca de basura y sus riberas, tierras baldías que han de ocuparse... La obtención de energía ha de provenir de fuentes controladas para ser rentable.
La máxima es el negocio, la oportunidad y la ventaja sin comparación. Predomina el concepto de colonización y la solución que se enfoca persiste en plantear un desafío de mega ingeniería para aún mantener el ¨dominio¨ de la naturaleza. Es la misma manera de insistir en la confrontación de fuerzas, pese a que ya sabemos que si nuestro hogar, Tierra, se sacude volamos por los aires pues nuestros anclajes -viviendas, construcciones, obras de ingeniería, están ahí como trofeos de guerra y no como resultado de nuestra compresión de una coexistencia en armonía con el Todo.
Estas situaciones, luego del drama que presentan, nos muestran la quietud: hay que esperar a que la Tierra se equilibre. Es un instante de no tiempo donde el ahora es el protagonista y nos coloca de cara con lo fundamental: la vida y qué es lo que la resguarda. Es una invitación a detenernos para replantear nuestra forma de existir y de concebir nuestras interacciones. Es el momento de unirnos a la Tierra y fluir en armonía. ¡He ahí el verdadero reto que tenemos!.
G.U.
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